Joaquín Araya, Ingeniero Ambiental de la Universidad de Concepción (UdeC) y actual candidato a Magíster en Ciencias Ambientales, fue reconocido como uno de los ganadores de la primera versión del concurso «Emerge e Impulsa tu Tesis» del Plan Ciencia 2030. El apoyo obtenido permitirá fortalecer su línea de investigación sobre el reúso de aguas servidas tratadas con microalgas. Araya, quien también coordina un proyecto de la Dirección General de Aguas (DGA), indicó que, para él, estos fondos cumplen un rol clave al visibilizar el trabajo de jóvenes investigadores.
Abordando el Reúso de Aguas: Desde la Celulosa a las Microalgas
La trayectoria investigativa de Joaquín ha estado estrechamente ligada al reúso de aguas. Su tesis de pregrado evaluó tratamientos de oxidación avanzada aplicados a efluentes de celulosa para determinar su viabilidad en el riego agrícola. “Traté el agua de celulosa, el efluente de celulosa y después usé esa agua para regar plantas de trigo, y ver si crecían y si eran comparables al riego con agua potable”, detalló.
Su investigación actual, seleccionada por Ciencia 2030 UdeC, profundiza en este desafío. Junto al Dr. Roberto Urrutia, Araya trabaja en el reúso de aguas servidas tratadas con microalgas, poniendo énfasis en su adaptación a condiciones propias del país. “La innovación no solo reside en aplicar un método utilizado a nivel global, sino en su adaptación a las barreras naturales y climáticas específicas de Chile”, mencionó el candidato a magíster.
Valorar la investigación joven: el impacto del concurso de Ciencia 2030
Respecto a la adjudicación del concurso, Araya subrayó la importancia de contar con instancias de apoyo que permitan dar visibilidad a las tesis y proyectos desarrollados en distintas disciplinas de la UdeC. Ciencia 2030, destacó, busca “impulsar, buscar y dar a conocer diferentes proyectos y tesis dentro de la UdeC para darles la importancia que quizás no han tenido en otras ocasiones”.
Asimismo, enfatizó el valor de estos espacios para quienes inician su camino en la investigación: “Considero que es muy importante poder mostrar eso desde diferentes facultades, diferentes disciplinas, permitiendo que estudiantes se dediquen a la investigación y muestren el impacto de su trabajo”.
La iniciativa se enmarca en el Plan Ciencia e Innovación al 2030, que otorgó hasta $500 mil por propuesta para fortalecer la innovación en el desarrollo de investigaciones. En esta primera edición, el concurso benefició a 20 proyectos de estudiantes de pregrado y magíster de las facultades adscritas al Plan, facilitando la adquisición de insumos de laboratorio, la participación en congresos y otras actividades clave para el avance de sus trabajos.
Los Desafíos de la Carrera Académica en Chile
Al ser consultado sobre los principales desafíos que enfrentan los jóvenes investigadores en el país, Araya fue enfático en un problema que considera transversal: la inestabilidad laboral y la falta de plazas estables. «Todos estamos de acuerdo, creo yo, en que cuando uno se dedica a la academia, se somete al dilema de sobre calificarse para lo que es el trabajo externo.”
Agregó además que el problema central radica en la alta competencia: «hay una alta cantidad de jóvenes investigadores, ya sea de doctorado o de magíster, todos se ven enfrentados a las pocas plazas y financiamientos que ofrecen las universidades o centros de ciencia para poder trabajar a futuro”.
Un Momento que Define una Vocación
La pasión de Araya por la investigación nació de un momento de claridad y satisfacción al obtener resultados concretos. «Me acuerdo de un momento en particular en que yo vi los resultados y viví un momento de satisfacción,» relató. Este instante de validación, donde el esfuerzo converge en un resultado con sentido y respaldo bibliográfico, fue clave: «Eso se sintió muy bien y dije… ya, esto es lo que quiero.»
A pesar de los desafíos, Joaquín Araya mantiene una visión clara de su futuro, la cual se ancla en el ámbito académico. A corto plazo, sus metas son finalizar el Magíster y postular a la beca ANID para un Doctorado. A largo plazo, el Ingeniero Ambiental espera poder dedicarse a la investigación y la docencia, idealmente como docente universitario en la UdeC.
